REPORTE “PRESENTE” ÁREA DE ENFOQUE VI

Trabajo con generadores de violencia (personas agresoras)

Antecedentes

A lo largo de esta investigación el equipo de Casa de Ayni ha identificado en el ecosistema diversos ejemplos de acciones e intervenciones que operan desde una perspectiva de Derechos Humanos, donde se reconoce la integridad física, psicológica y  la protección de todas las formas de violencia contra NNA. Desde esta perspectiva se identifican diversos programas e intervenciones que han sido diseñadas por la sociedad civil, el estado y especialistas para que se adopten las medidas jurídicas, administrativas y sociales para exigir, garantizar, ejercer y proteger los derechos de los NNA. 

Las personas especialistas que forman parte de estas iniciativas caracterizan la VSI contra NNA como un problema social con diversas dimensiones y que se puede presentar en todos los entornos. En la gran mayoría de los programas o proyectos de prevención y atención se ha logrado avanzar en cuanto al diagnóstico e intervención en los casos de VSI, donde se identifica al niño o la niña como víctima. Sin embargo, la gran mayoría de los expertos coinciden en que existen situaciones donde se ven involucrados NNA que mantienen conductas sexuales problemáticas con otros NNA. De igual manera, existen situaciones en donde se establecen conductas violentas perpetradas por NNA que han sido víctimas de este tipo de violencia en algún momento de su vida. Estas situaciones continúan siendo un reto importante en el ecosistema. 

Se estima que las y los jóvenes son responsables de un tercio de los abusos sexuales hacia otros NNA; por lo mismo, hablar de agresiones sexuales entre pares es una necesidad y un desafío. Una necesidad pues un hecho innegable, y un desafío pues cuestiona nuestros supuestos sociales sobre la violencia y la infancia. 

Los generadores de violencia no abusan solo a una persona, a lo largo de su vida abusan de hasta 60 niños y niñas. Esto nos dice que estas personas deben ser tratadas para salvar a 60 personas.
— Katina Medina Mora, Cineasta y Productora
Hay un trabajo muy grande que hacer con los perpetradores. Todos le damos la vuelta porque frente al perpetrador la víctima es más protegida. Sin embargo, en su mayoría los perpetradores también fueron víctimas.
— Mayra Rojas, Directora, Infancia Común
 
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Es urgente desarrollar el tema de perpetradores. En México esto es súper incipiente, no es un tema donde se haya consolidado un modelo, aún sabiendo que es una parte esencial de la problemática.
— Cándido Pérez Hernández, Director de Investigación, Early Institute
 

¿Por qué trabajar con generadores de violencia? Algunas oportunidades

Para abordar este tema de la manera más profesional y responsable posible, el equipo de Casa de Ayni, en colaboración con personas expertas en esta temática, ha identificado tres puntos clave sobre el trabajo con generadores de violencia:

 
 

1. Atender a las personas que generan violencia por que es efectivo

  • Múltiples investigaciones señalan que más del 50% de la violencia en  una ciudad es generada por menos del 5% de la población. Esto indica que la VSI la ocasiona un porcentaje muy pequeño de la sociedad. Esta lógica indica que si bien es sumamente importante trabajar con las víctimas de este tipo de violencia, estadísticamente hay mucho menos agresores con los que potencialmente se puede trabajar. 

  • Un agresor genera muchas víctimas: Actualmente no hay una estadística o censo donde se pueda visualizar la cantidad de agresores de VSI (ni su perfil psicosocial), pero hay múltiples casos de estudio donde se señala que un agresor puede llegar a violentar sexualmente a entre 50 y 60 víctimas a lo largo de una vida. Si el objetivo es reducir el número de víctimas de VSI, necesariamente se debe atender a las personas agresoras lo antes posible. Esto implica trabajar con ellos y ellas cuando son jóvenes y prevenir así múltiples agresiones a lo largo de su vida adulta. 

  • La atención a los agresores reduce la transferencia de la VSI a posibles víctimas en el futuro, es decir, al atender a los agresores se puede aspirar a entender mejor la problemática y a generar las soluciones más eficientes para reducir este tipo de violencia. Esto implica diseñar modelos que aborden la VSI desde la raíz para reducir la reincidencia. 

  • Impunidad: en el sistema jurídico mexicano hay una impunidad del 98% de los casos de VSI y reciben sentencia un 5% de los implicados. Esto significa que hay muchísimos casos que no son denunciados o que no hay pruebas suficientes para probar la VSI. Atender a los agresores puede reducir el número de víctimas.

  • De acuerdo al reporte rendido por el Procurador General de Estados Unidos para comprender los efectos de la violencia contra los NNA, cuando éstos la experimentan de manera repetida o por periodos prolongados, su cuerpo y su cerebro se adaptan para enfocarse en su sobrevivencia lo que reduce dramáticamente su habilidad para controlar sus impulsos. Los adolescentes que están tratando de protegerse a sí mismos de la violencia, o que no saben cómo lidiar con las experiencias  que han vivido, pueden engancharse en comportamientos delictivos como una manera de obtener una sensación de control sobre sus vidas y de lidiar con la confusión emocional 

2. La responsabilidad de cuidado y los Derechos Humanos de la Infancia

  • El desarrollo de los NNA es responsabilidad de los padres, y en caso de que no sea posible, los marcos jurídicos indican que esta recae en la familia extendida, la comunidad y el propio gobierno. Desde esta perspectiva, las víctimas de VSI son responsabilidad de todos. Los NNA no se pueden defender a sí mismos en relación a la VSI, lo que implica que son los adultos quienes deben defenderlos. Para esto, es necesario poder detectar a los generadores de VSI, y una vez detectados, atenderlos. 

  • No se cuenta con los perfiles ni los modelos de atención para detectar a quienes son generadores de VSI  lo que limita el diseño y ejecución de política pública en esta materia. Es decir, como comunidad no hemos logrado identificar y atender a los NNA que generan VSI.

  • De acuerdo con diversos expertos y expertas, en México los NNA expuestos a la violencia que requieren ayuda desesperadamente, a menudo terminan aislados. Frecuentemente, en lugar de asistir y acompañar a los NNA para reparar el daño que puedan haber sufrido, la respuesta más común de la sociedad y las instituciones es juzgar, rechazar y aislar a esta población de sus entornos familiares, escuelas y comunidades, para ser albergados en instituciones  y centros de internamiento del sistema de justicia.

  • Cuando el sistema de justicia juvenil responde sólo con castigos, estos adolescentes pueden ser impulsados a formar parte del sistema de justicia penal para adultos, resultando entonces en una pérdida permanente para sus familias y para la sociedad. Al fracasar en identificar y tratar adecuadamente a los niños y adolescentes que han sido expuestos a la violencia, el sistema pierde la oportunidad para modificar su comportamiento delictivo.

3. Desarrollo de la Infancia: ¿Qué es lo opuesto a la violencia? 

  • Desde una perspectiva integral, lo opuesto a la violencia es el desarrollo de la empatía y la compasión. Lo que se busca en las personas agresoras es generar en ellos mayor capacidad para tener empatía y como consecuencia mayor compasión. 

  • Para generar jóvenes empáticos, es necesario que haya comunidades empáticas, es decir, la semilla de la compasión debe tener una comunidad donde germine. 

  • Para llegar a esto es útil usar la figura del agresor como un pretexto para fortalecer la práctica de la compasión en la comunidad. El solo ejercicio de identificar a un joven agresor de VSI que necesita acompañamiento institucional, fuerza a dichas instituciones a generar alternativas para este tipo de persona. 

  • Trabajar con agresores también puede ser útil para las víctimas, es decir, a través de la justicia restaurativa, la víctima puede darse cuenta de que también el agresor ha vivido trauma y que ellos/ellas entienden el enorme efecto que tienen los actos violentos. Esto es parte de un proceso terapéutico para la propia víctima. Desde esta perspectiva, la empatía es parte del proceso de sanar las heridas ocasionadas por la VSI.

  • Los sistemas deben tener la capacidad para reconocer la pesada carga que algunos niños y adolescentes llevan y ayudarlos a transitar hacia una adultez saludable y productiva, proveyéndoles servicios que tomen en cuenta los daños que les ha provocado el haber estado expuestos a la violencia. Con mucha frecuencia los sistemas de justicia se apoyan en respuestas punitivas y hacen juicios que resultan tan dañinos como ineficaces para los adolescentes infractores.

  • Es necesario responder de manera apropiada a las necesidades de desarrollo de las NNA agresores asegurando que el sistema en sí mismo no les produzca más daño. Cuando los adolescentes traumatizados violan las leyes y se involucran en actividades delictivas, incluso de manera repetida, ellos aún necesitan y merecen la ayuda por parte de los adultos y de las instituciones de justicia.

  • La mayoría de los agresores son NNA que fueron victimizados y maltratados, por lo que es necesario hacernos responsables como sociedad de haber generado las condiciones del propio maltrato. Para generar una solución a esta problemática, debemos enfocarnos en las causas de raíz que generan la VSI, como el adulto-centrismo, el silencio familiar, el abandono, la negligencia, la violencia familiar, el machismo y el contexto y comunidad entre otras. Sandy Poiré, Directora de Calidad y Asuntos Internacionales en Save the Children, añade además que “para tratar la raíz de la problemática hay que educar en el respeto: respeto para que niñas y niños entiendan, conozcan y validen su propio cuerpo. Esta lógica preventiva desde la raíz hace que aprendan a cuidarse, valorarse, y puedan tomar decisiones y poner límites por sí mismos”.